lunes, mayo 29, 2006

QUE VIVAN LOS ESTUDIANTES


Así cantaba Violeta Parra en los 60, y los estudiantes de entonces recorriamos las calles de nuestras ciudades cantando y gritando contra el imperialismo yanqui que acababa con las vidas inocentes en Vietnam, contra los golpes de estado en Argentina, en Bolivia o Perú. El 67, antes que el alzamiento del 68 en Francia los estudiantes chilenos abrieron los claustros y dejaron que los vientos de cambio desordenaran los anales y archivos escolasticos para instalar las utopias que iban a subvertir el orden de las cosas para parir el hombre nuevo. El parto anunciado derivó en aborto y la esperanza fue segada a fuego y metralla, cayó la noche iluminada por flashes de neón que fueron haciendo creer a los habitantes que la realidad estaba constituida por retazos de luces, espejos, cuentas vidriosas colorinches transadas en el mercado a cambio de vidas hipotecadas, de falaceas predicadas por sacerdotes del imperio. La penumbra fue larga y el arcoiris resultante al final del camino no conducía hasta la marmita con monedas de oro, los flashes se hiciero más intensos y como el efecto invernadero fueron calentando la atmósfera haciendo caer una lluvia acida de más créditos, dinero plastico, maquinas y divertimento vano y vacío.
Como la rana que no sale de la olla que va a hervir porque se fue acostumbrando al lento pero sostenido cambio de temperatura del agua, nosotros, los de entonces nos fuimos callando y nos fueron pareciendo casi normales algunas cosas que, por cambiarlas, habriamos sido capaces de cualquier sacrificio, sin embargo aquí están de nuevo, realistamente, pidiendo lo imposible, los estudiantes, organizados, con discurso, solidarizando, derribando las barreras que hemos sostenido encontrándose y marchando juntos.
Que vivan los estudiantes, que su movimiento sea el inicio de un cambio historico en nuestro país y que sirva de ejemplo al resto de la sociedad, desmintiendo a Fukuyama y lanzando a los espejos la luz del sol que rompe los esquemas y nos deja desnudos de estadísticas felices y cuentas alegres.

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