martes, diciembre 27, 2005

Profesores, el estres permanente agudizado con el fin de año.

Fin de año, la profesora XX, que en realidad tiene nombre, apellido y existencia real ha llegado al término de su año con algo de alivio, aunque no sabe los resultados, tuvo que pasar el proceso de evaluación que incluyo muchas páginas de planificaciones, evaluaciones, informes, filmaciones, entrevistas y otras reuniones que la mantuvieron intranquila a mediados de año. Además de atender a los estudiantes a su cargo en la escuela municipal donde trabaja, tiene tres hijos entre 8 y 16 años que debe trasladar, entre sus horas de clases, a las clases de ellos y a diferentes actividades o talleres en los que participan, realiza compras, paga cuentas y en la tarde cuando llega a casa con sus hijos, supervisa los trabajos o tareas que estos tienen pues le interesa que avancen y tengan éxito, comparte la idea instalada en la clase media de que lo mejor que se le puede dejar a los hijos es la educación. Durante el año esta profesora ha sufrido sintomas que le hacen pensar que podría estar enferma, le ha dolido la espalda, ha tenido dolores de estomago y molestias en una pierna, ha postergado la consulta con un médico pues no quiere que le den licencia, pues piensa que eso es mal visto por sus empleadores. Diciembre le ha llegado con la avalancha de informes, libretas, certificados y Consejos de última hora donde se pone en cuestión su labor debido a las notas deficientes que podrían dañar la imagen del colegio, según la directora. Además ha tenido que trabajar en la confección de la escenografía para la licenciatura de los octavos, organizar el paseo de fin de año y asistir a el, haciéndose cargo de la integridad física de sus inquietos alumnos, entre todo esto ha asistido a actos navideños, certificaciones y paseos de sus hijos, los matriculó e hizo compras navideñas y para rematar la última semana, sin mediar una explicación técnica le reducen sus horas de clases para el próximo año.
Ha tenido satisfacciones, buenos resultados en el SIMCE junto a otra profesora con quien comparte la asignatura de matemáticas en octavo año, sin embargo sienten que no son reconocidas y que además no han recibido apoyo técnico para este logro.
Con todo este cuadro la profesora XX, puede que no esté consciente de que puede estar generando una respuesta de estrés crónico formada por tres factores fundamentales: cansancioemocional, despersonalización y baja realización personal, conocida en el ámbito de la sicología y la siquiatría como burnout. "En los años setenta, como consecuencia de los estudios sobre estrés, aparece el
concepto burnout en los primeros trabajos de Freudenberger (1974). Aunque antes de
finalizar esta década son muchas las referencias sobre este tema en diversas profesiones
asistenciales, entre ellas la de los docentes (Keavney y Sinclair, 1978; Kyriacou y
Sutcliffe, 1977), no será hasta los años ochenta cuando se produzca un aumento considerable
de las investigaciones sobre burnout. El concepto de estrés ha sido uno de los
constructos más polémicos dentro de la Psicología, tanto en su definición como en sus
modelos teóricos explicativos (Sandín, 2003). Sin embargo, el término burnout ha sido
delimitado y aceptado por la comunidad científica casi en su totalidad desde la conceptualización
establecida por Maslach (Maslach, 1982, 1999) en la que define el burnout
como una respuesta de estrés crónico formada por tres factores fundamentales: cansancio
emocional, despersonalización y baja realización personal.
Uno de los primeros detonantes que comenzaron a señalar la importancia del estrés
y burnout en la profesión docente fueron los datos que las diferentes administraciones
de educación tenían sobre las bajas laborales de los profesores y su evolución a través
de los años. Estos resultados señalaban un aumento anual de las bajas de tipo psiquiátrico
que no se encontraban en otras profesiones y que tenían como consecuencias un
incremento del absentismo laboral, un enorme gasto en sustituciones y un bajo rendimientoen el trabajo (García-Calleja, 1991)".
Esta patología, que afecta a muchos profesores, ha despertado la atención de algunos sectores y el Colegio de Profesores de Chile ha encargado un estudio acerca de ella. Lo preocupante es que esta situación no ha provocado el surgimiento de parte de los sostenedores públicos o privados de una política sobre salud ocupacional en el ámbito de la educación que contemple la intervención sobre factores del clima escolar que gatillan esta u otras afecciones, la incorporación de espacios y técnicas de autocuidado para profesores y el tratamiento adecuado para superar esta situación en los casos que lo requieran

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Carlos, me parece interesante el enfoque del burnout sobre los profesores.
Nosotros hemos desarrollado un taller de prevención del burnout y que ayuda además a las personas que ya lo tienen a darse cuenta de cómo salir de él.
Te invito a que leas http://talleresdeburnoutenchile.blogspot.com
y que nos envíes las consultas o comentarios que te parezcan apropiados.
Esperamos dentro de un mes más poder estar acreditadas para dar este taller por sence, eso está en trámite.
De hecho, nos encantaría poder trabajar con profesores, médicos, abogados, ejecutivos de empresas que atienden personas etc.
atte, Marcela